Lo que realmente importa a muchos ciudadanos ecuatorianos es:
- Garantizar la igualdad ante la ley para todos los ciudadanos.
- Fomentar la solidaridad entre nuestras provincias, promoviendo un desarrollo equitativo.
- Evitar el derroche de nuestros limitados recursos.
- Proteger nuestros recursos de la corrupción, tanto por parte de políticos como de funcionarios públicos.
- Exigir la transparencia en la comunicación de la realidad de los asuntos públicos, sin engaños ni distorsiones.
- Buscar soluciones efectivas a los problemas cotidianos que afectan a la sociedad.
- No permitir que los líderes políticos creen artificialmente problemas para su beneficio personal o político.
- Promover y reconocer el trabajo bien hecho como un pilar de la sociedad.
- Valorar y fomentar la participación activa de la ciudadanía en los asuntos públicos.
- Mejorar la eficiencia del sistema de salud para que funcione de manera óptima.
- Reformar el sistema educativo para elevarlo por encima de la mediocridad actual y retribuir dignamente a los docentes.
- Garantizar que el sistema penal ofrezca justicia a las víctimas sin demoras excesivas, mientras proporciona oportunidades de rehabilitación a los condenados.
- Agilizar el sistema judicial, ya que la justicia tardía es menos justa.
- Fortalecer nuestras fuerzas de seguridad para prevenir el delito y perseguir a los delincuentes de manera efectiva.
- Dotar a nuestras Fuerzas Armadas con los recursos adecuados para la defensa de la Nación y el mantenimiento del orden constitucional, así como reconocer su valiosa labor en la sociedad.
- Erradicar las redes de corrupción en las administraciones públicas hasta sus raíces.
Es fundamental que nuestros líderes políticos trabajen y legislen con un enfoque en el bienestar de toda la sociedad. Será una buena noticia el día en que anuncien su firme compromiso con estos valores y principios.
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