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Burla del Estado de Derecho



Es fundamental abordar la cuestión del Estado de Derecho, ya que nos encontramos en una situación en la que este principio es vulnerado, especialmente para los ciudadanos más humildes. Como decía el sabio Gandhi: "La causa de la libertad se convierte en una burla si el precio a pagar es la destrucción de quienes deberían disfrutar de ella". En Ecuador, muchos han visto cómo sus derechos fundamentales, como la presunción de inocencia y el secreto de sumario, son violados, y esto es un asunto que debe importarnos profundamente.

Lo más preocupante es que los partidos políticos y movimientos que ostentan el poder han cooptado los valores y principios democráticos para su propio beneficio, mientras la sociedad ecuatoriana parece desviar la mirada.

Hemos luchado y seguimos luchando por una justicia independiente que hoy se ve manipulada con fines electorales y personales. Defendemos una democracia que hoy niega nuestro derecho a disentir. Hemos abogado por la libertad, que ahora se nos niega injustamente.

La apatía y el deseo desenfrenado de riqueza adormecen la responsabilidad de los ciudadanos, como bien lo expresó Platón. La sociedad predominante mira hacia otro lado, ignorando la violación de los derechos civiles fundamentales. Aquellos que sufren la pérdida de su libertad son acusados de oponerse a la democracia.

Esta debilidad de la democracia conduce a la demagogia en manos de políticos que se disfrazan como defensores del pueblo. Utilizan la justicia contra personas, medios de comunicación o ideologías incómodas que critican el poder establecido. La justicia se convierte en una herramienta para imponer la ley, su ley, como advertía Blas Pascal: "La fuerza sin justicia es tiranía".

¿Quién juzga a los jueces injustos, respaldados por las instituciones judiciales y el gobierno de turno? El deterioro democrático es evidente, y solo los ingenuos pueden seguir soñando con una justicia ideal. El alto costo de esta lucha por la justicia se traduce en la detención injusta de inocentes, en la renuncia a ser quienes debemos ser. En medio de esta lucha, muchos han perdido la esencia de su existencia.

Sin embargo, no podemos rendirnos. Debemos continuar luchando para evitar que los tiranos impongan un Estado de Derecho que es una farsa. Desde la libertad de espíritu, enviamos un abrazo solidario a quienes aún pueden disfrutar de ella.

Manuel Guamán Guerra

Creo en un mundo mejor, con ciudadanos inteligentes, honestos, creativos, trabajadores e independientes, convencidos de que un país o sociedad crece cuando su gente se somete al Imperio de la Ley. Es importante que trabajemos juntos para construir un mundo mejor para todos y que cada uno de nosotros haga su parte para hacer realidad este sueño.

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